El orgullo de ser, la tristeza de no estar y el honor de pertenecer

Por Alberto Peña - Paraguay

Tres sentimientos distintos. El orgullo de ser santaniano, la tristeza de no poder estar en mi ciudad y el honor de pertenecer y colaborar con el Grupo Gauche de Literatura.

 

A veces el cielo te envía señales, soy de las personas que cree que uno nace con ese don exquisito de poder detectar esas señales y lo único que tiene que hacer es seguirlas. No sé si estoy entre esas personas que detectan las señales divinas, pero sí soy especialista en soñar con las grandes cosas y la experiencia me apunta que el éxito viene de la mezcla entre buenas acciones y buenos pensamientos.

 

Y el hecho de ser especialista en soñar va relacionado directamente con mi orgullo de ser santaniano. Sí, soy del norte, soy de un paraje conocido por su historia, por su buena gente, por su dinamismo y consecuente desarrollo, por su pulcritud y por los símbolos propios de una ciudad del interior como son el aire, todavía puro, y el arroyo Tapiracuai, un arroyo que se desborda de leyenda y mitos en una ciudad de por sí seductora y cautivante.

 

No quiero nublar la lectura con unas gotas de tristeza, o mejor dicho, de añoranza, pero es lo que se siente al estar lejos del lugar al que uno pertenece o lejos de su familia. Sin embargo, la tristeza de no estar en ese lugar es vencida siempre por las fuerzas de ver los sueños cumplidos y acompañar al crecimiento de la familia y de la ciudad. Por eso, la tristeza es sometida a los sueños, a las esperanzas, a los impulsos y al honor de pertenecer al Grupo Gauche de Literatura.

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O orgulho de ser, a tristeza de não estar e a honra de pertencer

                                                                                  Tradução: Carmen Barudi

  

Três sentimentos distintos. O orgulho de ser santaniano, a tristeza de não poder estar em minha cidade e a honra de pertencer e colaborar com o Grupo Gauche de Literatura.

 

Às vezes o céu te envia sinais, sou dessas pessoas que acreditam que nasce com esse dom esquisito de poder detectar esses sinais e o único que você tem que fazer é segui-los. Não sei se estou entre essas pessoas que detectam os sinais divinos, mas sim sou especialista em sonhar com as grandes coisas e a experiência me aponta que o sucesso vem da mistura entre boas ações e bons pensamentos.

 

O fato de ser especialista em sonhar se relaciona diretamente com o meu orgulho de ser santaniano. Sim, sou do norte, sou de uma paragem conhecida pela sua história, pela boa gente, pelo seu dinamismo e conseqüente desenvolvimento, pela sua pulcritude e pelos símbolos próprios de uma cidade de interior como são o ar, ainda puro, e o riacho Tapiracuai, um riacho que transborda de lendas e mitos em uma cidade por si só sedutora e cativante.

 

Não quero nublar a leitura com algumas gotas de tristeza, ou melhor, de saudades, mas é o que se sente quando se está longe do lugar que se pertence ou longe da sua família. No entanto, a tristeza de não estar nesse lugar é vencida sempre pelas forças de ver os sonhos realizados e acompanhar o crescimento da família e da cidade. Por isso, a tristeza é submetida aos sonhos, as esperanças, aos impulsos e a honra de pertencer ao Grupo Gauche de Literatura.

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